UC De Temuco Consigue Su Primera Vendimia De Tres Cepas De Vino
Considerando la migración de productores vitivinícolas desde el centro hacia la zona sur del país, profesionales del área agrícola de la Universidad Católica de Temuco (UCT) incursionaron con éxito en la plantación de una viña con las variedades Sauvignon Blanc, Chardonnay, Pinot Noir y Cabernet Franc.
El proyecto comenzó en 2019 con la implementación de un módulo de fruticultura que involucró la plantación en 1,5 hectáreas que albergan siete especies frutales; entre ellas, una viña demostrativa, destinada principalmente a docencia e investigación.
El Dr. Emilio Jorquera Fontena, ingeniero agrónomo y académico del Departamento de Ciencias Agropecuarias y Acuícolas de la UCT, explicó que “la viticultura en la región ha tenido, en los últimos años, un incremento significativo; aún cuando, en general, nunca se hizo a gran escala, principalmente porque las condiciones agroclimáticas son limitadas para ello”.
Dadas las condiciones climatológicas, en la zona sólo se pueden cultivar ciertas variedades de uvas para vinificación, las cuales corresponden a aquellas de ciclo corto; lo que quiere decir que el espacio de tiempo entre la brotación y maduración de la fruta es más estrecho.
PLANTACION DE VANGUARDIA
Todas las variedades plantadas en la UCT tienen su origen en Francia. Sauvignon Blanc es una uva de piel verdosa originaria de la región de Burdeos y es ampliamente cultivada en Francia, Italia, España, Argentina, Chile, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y los estados de EE. UU. de Washington y California.
Chardonnay es una variedad de uva de piel verde usada para hacer vino blanco, originaria de la región de Borgoña, en el este de Francia, pero ahora crece, prácticamente, en todas partes donde se produce vino, desde Inglaterra hasta Nueva Zelanda. Pinot Noir se cultiva también en casi todas las regiones vitivinícolas, sobre todo en aquellas frías, en tanto que Cabernet Franc es una de las uvas tintas más difundidas en el mundo, generando un vino tinto claro y luminoso.
El profesional detalló que de toda la superficie que se plantó, al menos un cuarto de hectárea fue con viñedo, quedando conformada “por alrededor de 160 plantas por variedad, lo que podría tener un potencial de rendimiento promedio para la zona de unos 300 a 400 kilos por cepa, aproximadamente, cuando la viña esté en pleno rigor”.
Instalada la plantación de vanguardia en la casa de estudios superiores y transcurrido 3 años de la plantación, se obtuvo la primera vendimia, donde se consiguió producir vino hecho a mano, a partir de tres de las cuatro cepas que se plantaron.
El Dr. Jorquera explicó que, en esta oportunidad, “elaboramos vinos demostrativos de las cepas Sauvignon Blanc, Chardonnay y Cabernet Franc, con una producción de 10 litros cada una, porque el resto de la fruta cosechada se destinó a la generación de tres tesis de pregrado”.
A su vez, el profesional relevó que el hito más importante es que se trata de la primera vendimia de la universidad, en su historia, ya que nunca antes hubo una viña en la casa de estudios superiores; considerando además que si bien en la región de La Araucanía estas producciones son marginales; actualmente van en incremento sostenido.
A mayor detalle, el académico dijo que “la viticultura en la región es bien particular porque genera vinos de muy alta calidad, pero las plantas rinden poco en comparación con la zona central de Chile. Por lo anterior, los vinos de la zona son muy bien cotizados en el mercado nacional e internacional; es decir, con nuestros productos podemos competir fuertemente con los vinos de primera gama de la zona central y sobre todo con aquellos producidos en los climas más frescos cerca de la costa, en donde están buena parte de las cepas que nosotros tenemos acá”.
FUTUROS PROFESIONALES
De acuerdo al Servicio Agrícola y Ganadero, la superficie de vides para vinificación alcanzó 130.086,17 hectáreas en el país en 2022. Chile es actualmente el mayor productor de vino de Latinoamérica y, según la Organización Internacional del Vino, el sexto a nivel mundial, después de Italia, Francia, España, EE. UU. y Australia. Los valles de la zona central del país cuentan con el suelo y las condiciones climáticas ideales para la vitivinicultura, propiciando un fresco entorno natural para la maduración de las distintas variedades de uvas. De entre ellas, el Cabernet Sauvignon es la cepa más extendida en el país y también la que más litros de vino genera para la exportación, con casi 40.000 hectáreas plantadas.
La idea de incursionar en la plantación de viñedos obedece también a un afán formativo, porque “nos interesa que nuestros estudiantes tengan una formación integral no sólo en los cultivos y actividades agrícolas más distintivas de nuestra zona, sino que también en disciplinas específicas como, por ejemplo, la viticultura de clima frío. En particular, esta línea no había sido desarrollada previamente en nuestra carrera y por tanto, esto genera un avance significativo respecto al desarrollo de nuestro plan de estudio”, dijo Jorquera.
De acuerdo a análisis recientes, se estima que por efecto del cambio climático y el tránsito de uso de suelo desde la agricultura a zonas urbanas; la fruticultura y la viticultura se desplazarían hacia climas donde la limitante hídrica no sea tan severa como en el norte. Esto, se traduce en que hay mucho interés de viñas grandes en trasladarse a la zona, por lo que se requerirán ingenieros agrónomos capaces de asumir ese nuevo desafío.
Al ser consultado por el tema hídrico y su relación con la plantación de viñedos, el académico aclaró que “afortunadamente la viña no es una especie altamente demandante de agua, en comparación con otras especies como, por ejemplo, el cerezo. Si bien requiere de este elemento, hay muchas viñas antiguas que jamás se han regado y todavía están funcionando”.
“La visión de nuestra carrera siempre ha estado enfocada hacia la sustentabilidad, por lo tanto, estamos realizando diversas iniciativas que apuntan a esa línea. En relación con el riego de la viña, lo estamos haciendo con los métodos disponibles para regar lo que corresponde; es decir, no botar el agua y darle a la planta lo que realmente necesita”, concluyó.
Como objetivo adicional, se plantea la posibilidad de ampliar la oferta de vino de climas fríos, como una alternativa estratégica de la viticultura; lo que, a su vez abre un abanico más amplio de posibilidades de comercialización y desarrollo económico.