Barack Obama Dejó Chile Esta Mañana Rumbo a El Salvador

El país centroamericano será la última escala de su visita a América Latina.
Veinte horas y cinco minutos fue el tiempo que estuvo en Chile el Presidente norteamericano, Barack Obama, luego de que esta mañana hiciera abandono de Santiago.
Exactamente a las 09:14 horas, el “Air Force One” despegó desde la losa del Grupo 10 de la FACh, donde previamente el Mandatario y su familia recibieron honeres y fueron despedidos por el embajador en Santiago, Alejandro Wolff.
Previo a arribar al aeropuerto, a las 08:59 horas, Obama recibió al Presidente Sebastián Piñera en el Hotel Sheraton, con quien se esperaba sostuvieran un distendido desayuno, pero debido a problemas de agenda sólo se realizó una breve reunión en la que Piñera se despidió de su par norteamericano.
Cabe recordar que anoche, Piñera brindó una cena de gala en honor a Obama y su familia, a la que asistieron 350 personas y que fue amenizada por la presentanción musical del tradicional grupo nacional Los Jaivas.
El evento fue el cierre de una ajetreada jornada que comenzó a las 13:09 horas, cuando aterrizó el avión presidencial en suelo nacional, y luego con un sinnúmero de reuniones.
Ahora, Barack Obama y su familia se dirigen a El Salvador, la última escala de su visita a América Latina.
Lo que dejó la visita de Obama
Durante su estancia de 20 horas en Chile, Obama reiteró la voluntad de Washington que Muamar el Gadafi deje el poder en Libia y manifestó su esperanza de que en cuestión de días, no de semanas, comience un proceso de transición en el país norteafricano.
También destacó lo que denominó «el liderazgo» de Chile en la región y planteó un nuevo modelo de relación, a través de una «nueva era de alianzas», entre EE.UU. y Latinoamérica, en la que los países tendrán «responsabilidades compartidas» en el respeto de los derechos humanos, la justicia social, la cooperación económica y la seguridad.
El mandatario estadounidense eludió un mea culpa por el papel de su país en el golpe militar que en 1973 llevó al poder a Augusto Pinochet y se limitó a señalar: «No nos quedemos atrapados en la historia».