COLUMNA N°5: ¿A QUÉ JUEGA TEMUCO?

En el momento de publicar esta columna, el único equipo de la región que pertenece al fútbol profesional cumple 72 días sin ganar. Y su entrenador, Esteban Valencia, 38 días en el cargo, en los cuales ha dirigido 4 partidos, obteniendo 1 de 12 puntos en disputa. La crisis en Deportes Temuco es total.

Las criticas a estas alturas de la temporada, pasan a ser redundantes. Así como lo eran las conferencias de prensa de Román Cuello, o las declaraciones de los jugadores en su momento, en donde todo “se está trabajando”, “no queremos repetir los mismos errores este fin de semana”, “llegamos al arco contrario más veces que el rival”. Para nadie es un spoiler que se repetían los mismos errores el fin de semana y el equipo no se asomaba al arco rival.

No soy quien para cuestionar todo el trabajo de Esteban Valencia. Si puedo afirmar que los 38 días en el cargo no se han notado en lo absoluto. Temuco no juega ni mejor ni igual que con Cuello. En los segundos tiempos en Recoleta, Osorno y Puerto Montt, el Pije ha jugado peor que con el uruguayo.

A Temuco, no le sobra nada, al contrario, el plantel en comparación al del año pasado se despotenció. Complicidad de Marcelo Salas, Roberto Rojas y Román Cuello mediante. Valencia no ha mostrado hacer rendir lo poco que tiene. ¿Jugar con línea de 5 en el fondo? ¿apelar al contragolpe? Nada. Si nos vamos a la Copa América en disputa en tierras norteamericanas, Perú y Costa Rica (selecciones que no están en crisis, pero a las que tampoco les sobra nada) demostraron en la primera jornada que el fin justifica los medios, realizando un trabajo táctico resultadista (juego friccionado de los peruanos, clase de orden táctico de los “Ticos”). Si bien, no es el estilo de juego que el hincha de Temuco quiere ver, en momentos de crisis se tienen que tomar medidas que, aunque no agraden, busquen el bien mayor. Y el bien mayor en este momento para el Club es sumar puntos y no bajar de categoría.

Sumémosle dos errores no forzados de Valencia el fin de semana: la capitanía a Olivera y no llevar a Urra, González Chang y los refuerzos a Puerto Montt.

Partamos con el primer error:  la capitanía se le da a un jugador que lleve años en el Club y que tenga una condición de liderazgo innata, como ocurre con Yerko Urra. Si no está el primer capitán se sigue hacia abajo en ese ítem, o en su defecto, se le otorga a algún jugador de las divisiones menores que sea titular (por ejemplo: Vicente Concha). Por eso fue una sorpresa para todos quienes transmitimos el partido del día sábado que el uruguayo fuese honrado con llevar la jineta: sumó pocos minutos el primer semestre, no ha sido el aporte que se esperaba en la defensa y el entrenador anterior tuvo roces con él. Hay que motivar a los jugadores de casa. Y lo de la capitanía, aporta poco y nada en ese ámbito.

Segundo error: salvo lesión (que se desconoce y que sería el colmo de mala suerte), los refuerzos deben estar preparados para sumar minutos al instante. Deben conocer a sus compañeros y empaparse de la filosofía de juego (aunque sea inexistente en este momento) para la segunda rueda. Ni Castro, ni Espinoza aparecieron en la nómina. ¿Qué hizo el “Pillo” Vera, entrenador de Puerto Montt? Envió a la cancha a Sebastián Pérez, refuerzo que había firmado 72 horas antes por “los hijos del temporal” ¿Resultado? La figura del partido: un gol y una asistencia.

¿Fue determinante la ausencia de Urra y González? No. Pero no es justo para los juveniles asumir toda la responsabilidad en un momento de crisis.  

Una cortita para los juveniles: han tenido múltiples oportunidades durante este semestre. La mayoría no las ha aprovechado. ¿Es solo un tema individual? ¿Qué tan bien (o mal) se están haciendo las cosas en las divisiones menores? El debate en ese sentido debe continuar y el Club debe replantearse muchas cosas.

Finalmente, es preocupante que un equipo que no quiere descender, llegue una sola vez al arco contrario en el segundo tiempo. Temuco es un equipo apagado, nervioso, sin chispa, irresoluto. El factor psicológico está influyendo en demasía y salvo en casos excepcionales es transversal a todo el plantel. Y en 9 semanas más se juega una final con San Felipe acá en el Becker. ¿Por qué digo final? Porque, así como está jugando Temuco, puede que la ventaja de 8 puntos con el equipo del Aconcagua se reduzca para ese entonces. Confiemos que no, que esto se revierte. Pero si no, Temuco podría jugarse la categoría en ese encuentro. Que no se diga que no se advirtió.

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