Premiación en el Liceo Bicentenario Monseñor Guillermo Hartl: Celebrando el compromiso y los valores de sus estudiantes
José Salum Tomé, director del establecimiento destacó que: “Es fundamental reconocer a los estudiantes por sus valores, ya que no solo es un estímulo para ellos, sino también para sus compañeros y familias. Al destacar lo mejor de nuestros jóvenes, junto al apoyo de padres y apoderados, reafirmamos nuestro compromiso con una educación de excelencia”.
Ana María Muñoz, encargada de convivencia escolar, explicó que la iniciativa, denominada “Soy del Monseñor”, nació como una idea para fomentar el sentido de pertenencia y reconocer a aquellos estudiantes que representan los sellos del liceo. Estas acciones contribuyen a sentirnos bien, a darnos cariño y a seguir construyendo comunidad”, señaló.
Durante la ceremonia, los estudiantes fueron reconocidos por sus compañeros y profesores como integrantes ejemplares en sus respectivos cursos. Estos jóvenes destacaron por sus valores tanto dentro como fuera del aula, demostrando habilidades positivas que contribuyen al buen clima escolar
Rayen Iturra Cárcamo, estudiante de 4°F de la especialidad de Gráfica, comentó: «Fue una gran sorpresa recibir el reconocimiento de mis profesores y compañeros. Valoro mucho esta distinción, ya que destaca los valores personales que cada uno aporta.» señaló Rayen.
Lidia Cárcamo apoderada del liceo manifestó: “Estoy muy orgullosa de mi hija, quien tiene excelentes valores. Es maravilloso que los niños sean premiados no solo por sus calificaciones, sino también por su carácter. Este reconocimiento también refleja el trabajo y el compromiso del Liceo Bicentenario de Excelencia Monseñor Guillermo Hartl.
El propósito de esta premiación es reconocer y promover los valores que la comunidad escolar considera esenciales, destacando el compromiso del liceo con una educación de excelencia. Estas iniciativas son un sello distintivo del Liceo Bicentenario de Excelencia Monseñor Guillermo Hartl, que se dedica a formar no solo estudiantes académicamente competentes, sino también ciudadanos íntegros, conscientes de la importancia de la convivencia y el bienestar comunitario.