«Sillón Sexual, Piscina Y Asados»: Gendarmes De Angol Exigen Terminar Con Privilegios A Comuneros
Reportaje del medio digital y escrito www.latercera.com (leer nota orginal aquí https://l1nq.com/lRLGj) publicado la tarde de este viernes 12 de mayo, da a conocer supuestos privilegios que tendrían los comuneros mapuches al interior de la Cárcel de Angol, en la Araucanía, donde advirtieron que los imputados tendrían artefactos que escapan a todo norma y que, por lo demás, son bastante poco habituales al interior de un recinto carcelario.
El reportaje de La Tercera
El secuestro de tres gendarmes en la cárcel de Angol, la mañana del domingo 7 de mayo, dejó al descubierto elementos que alertaron a funcionarios carcelarios que ahí se desempeñan. Y es que además de los insumos incautados durante esa jornada -entre los que se encontraba chicha artesanal, celulares y una serie de cuchillos-, los efectivos advirtieron artefactos que escapan a toda norma y que, por lo demás, son bastante poco habituales al interior de un recinto carcelario. Por lo mismo, insisten en que hay que terminar con los privilegios que goza este sector de la población penal y que, según manifiestan a La Tercera PM, “les hace sentir que están por sobre la norma”.
La tarde del domingo, por ejemplo, encontraron en uno de los dormitorios del venusterio -habitaciones especiales para que personas privadas de libertad reciban a sus parejas-, un “diván tántrico” o “sillón sexual” que no está contemplado en ninguno de los reglamentos internos, por lo que esa misma tarde lo quitaron del recinto.
Pero eso, no ha sido lo único que ha llamado la atención de los gendarmes, pues hace algunas semanas también requisaron una piscina estructural que comuneros tenían para recibir a sus hijos o niños que los visitaban en días de calor, lo que también fue calificado como un privilegio inaceptable por parte de los funcionarios, ya que esto no se permitiría en otros penales.
Asimismo, como comentan a este medio efectivos que trabajan en ese lugar, regularmente se le permite a internos del módulo de comuneros mapuche que ingresen corderos para ser faenados y piezas completas de vacunos, los que consumen en medio de asados o que luego congelan. Esto, agregan las mismas fuentes, sin que existan las condiciones sanitarias en el espacio y nuevamente al margen de la norma.
“Hasta antes del domingo 7 de mayo, los internos tenían hora de encierro a las 21.00 horas, mientras en el resto del país es mucho más temprano. Sus visitas ingresaban sin registro corporal, no tenían límites para las encomiendas, por lo que entraban prácticamente todo lo que querían, papas por saco, abarrotes en grandes cantidades, corderos vivos, bebidas energéticas, herramientas, de todo”, comenta un gendarme del citado recinto y cuya identidad resguarda por temor a ser blanco de amenazas.
Asimismo, agrega que “no había ningún control en el uso del venusterio, lo usaban cuando querían. Son los únicos que tienen agua caliente en sus duchas y obvio que no se pasa la cuenta. Tenían una piscina de esas estructurales del comercio, la que también llenaban con agua de la unidad”.
En el mismo sentido, otro trabajador del penal comentó que los internos del módulo “tiene cero respeto por el personal, con suerte hablaban con el alcaide y de ahí para arriba. Para ingresar al módulo había que pedirles permiso a ellos, lo que es insólito”.
Texto e imágenes vía www.latercera.com
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